"HAY QUE SEMBRAR PARA COSECHAR"
La dinámica que realizamos en clase consistió en formar equipos,
los cuales tenían bajo su poder una parcela. Esta parcela sembraba
y cosechaba los siguientes productos:
El objetivo en sí era cosechar lo más que se pudiera para poder nutrir a una población. La cantidad mínima que se podía cosechar para evitar la desnutrición eran 450 unidades y si se cosechaban menos de 250 productos, en 2 temporadas, la parcela desaparecía.
Sin embargo, todo dependía del clima y de las eventualidades que se presentaran en cada temporada. Con respecto al clima, ya sea húmedo o seco, tenían diferentes números de cosechas de cada producto. Además las eventualidades que ocurrían podrían ser o buenas o malas para tus cosechas, desde aumentos en la producción como guerras civiles .
Yo pertenecí al equipo llamado "Los Petizos". Mi parcela dentro de todo se mantuvo estable durante las temporadas, a pesar que todo lo apostáramos siempre para un determinado clima, arriesgándonos a realizar la actividad al azar.
En lo personal me gustó mucho este juego ya que pude cerciorarme o reafirmar mi personalidad, la cual es enemiga de los juegos al azar, a la suerte, en otras palabras, siempre me ha gustado ser más cauta, tratando de buscar la distribución menos dañina para ambos climas.
Entonces, en definitiva, este juego, bajo mi punto de vista, podría tomar dos rumbos en las decisiones para saber qué y cuánto cosechar : la primera era apostarle todo a un clima y la segunda era irte a la segura y no arriesgarte, sino balancear tanto para clima húmedo como seco.
Al principio, como suponía, yo quería convencer a mi equipo para que nos vayamos a lo seguro, es decir, balancear nuestras cosechas, tanto para húmedo como para seco; sin embargo, la mayoría en mi equipo quizo irle al azar, es decir, dejar todo a la buena suerte de que toque el clima que deseábamos. Este método, en un principio no me pareció lo mejor ya que no me gustaba arriesgarlo todo, pero conforme pasaban los turnos de cosechas, me di cuenta que la suerte estaba de nuestro lado y estábamos ganando más si le apostábamos todo a un clima.
Durante el juego 2 parcelas murieron, ya que obtuvieron menos de 250 productos en 2 temporadas o turnos de cosechas. Esto me deja un gran aprendizaje para mi vida,. En mí surgieron muchas preguntas al concluir la actividad, entre ellas la de ¿cómo es posible que mientras que a unas comunidades ( representadas por las diferentes parcelas de los equipos de la actividad) nos sobraban recursos, los cuales desperdiciábamos, otras estaban muriendo de hambre; y a pesar de estar conscientes de ello, no hacíamos nada?
Quizás en ese momento no se nos ocurrió rescatarlas. Hasta donde hemos podido llegar con nuestra indiferencia, y por qué no decir, con aquella avaricia y egoísmo, que no nos permiten pensar en qué tan mal otras personas la pueden estar pasando, pero al fin y al cabo, como no somos nosotros, ese no es un problema ante nuestros ojos.
LA UNIÓN HACE LA FUERZA, es un lema que no aplicamos en esta actividad. Este lema estoy segura que siempre la hemos escuchado pero muchas veces, no la recordamos, o no la queremos recordar cuando de ganar se trata, ¿para ser los únicos ganadores? Pues qué equivocados podemos estar, ya que el querer sólo ganar nosotros, nos convierte en un ganador mediocre, pero si nos juntamos para ganar, podemos llegar al más alto nivel de éxito.
PENSEMOS EN ESO.
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